Claudio Rodríguez (1934–1999)

He leído poesía hace mucho tiempo y leo muy de tarde en tarde; en consecuencia, no soy lector de poesía. Así que todo lo que apunte hay que tomarlo con cautela.

Este libro lo encontré entre las ofertas de la Librería Arrixaca (Murcia) tras unas obras de remodelación. Me llamó la atención el autor, del que había oído algo y también su precio. Lo compré y tras un año en la leja de los que esperan, me ha llegado el ánimo y le ha llegado el turno.

«Desde mis poemas» reúne cuatro de los libros publicados por su autor. Se trata de una poesía amable en la lectura. Desde luego habría que releerlo y leer algo sobre su poesía para entender sus claves y sus figuras, que unas veces se adivinan y otras, las más, segura que me pasan desapercibidas.

+INFO http://www.claudiorodriguez.com/

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Rodríguez, Claudio (1934-1999). Desde mis poemas / Claudio Rodríguez ; edición del autor. -- 3ª ed. -- Madrid : Cátedra, D.L. 1990. -- 260 p. ; 18 cm. -- (Letras hispánicas ; 175). -- Bibliografía. -- Contiene : Don de la ebriedad ; Conjuros ; Alianza y condena ; El vuelo de la celebración. -- ISBN 84-376-0388-9

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821.134.2-1Rodríguez, Claudio… (más)

Creo que a este autor se le considera místico, o así, pero a través de esta antología uno no llega a saber por qué. Sí, de vez en cuando trae referencias religiosas o habla directamente de Dios o de la trascendencia, pero más bien me parece que habla de la tierra y del aire, y de las calles y las casas, y del ser humano más o menos en comunión con su entorno. Quizá por ahí venga esa curiosa fama. Con franqueza: a ratos me he aburrido. Pero otros ratos sí me ha interesado. Supongo que la poesía contemporánea, excesivamente intimista y reivindicadora del yo (un signo de los tiempos, probablemente), solo puede aspirar a eso, a que un poco por casualidad de vez en cuando el poeta consiga conectar con algún lector. El resto me parece que son más oropeles de críticos a sueldo.… (más)

Se reúnen en un volumen los dos primeros libros de poemas de Claudio Rodríguez, Don de la ebriedad, reflejo de su adolescencia, y Conjuros, ya de su juventud.
Don de la ebriedad (1953) es un solo poema dividido en fragmentos ordenados simbólicamente, en el que el tema constante es la emoción del poeta ante el paisaje contemplado, la claridad y la poesía como un don, la entrega del poeta al mundo a través del acto creador, y la tensión entre muerte y salvación que esto conlleva.
Conjuros (1958) consta de veintisiete poemas distribuidos en cuatro “libros” o secciones en los que se hace patente un cambio en la actitud del poeta, que, con un lenguaje sencillo que habla de cosas, al parecer cotidianas, nos lleva al mundo trascendental de las verdades universales. Junto al tono exclamativo predominante, aparecen la meditación y reflexión características de su obra posterior.… (más)