Salvador Pániker (1927–2017)

El más sabio, el más culto, el más guapo, el más dotado, el más inteligente, el que mejor se lo monta, el que más y mejor folla... Es él. Supongo que en un diario auténtico, de los que de verdad no pensaban publicarse, el egocentrismo es disculpable; pero este es el tercer o cuarto diario que publica el tipo éste, y de hecho tienen mucho más éxito que sus poco conocidos libros más sistemáticos. Vamos, que es un perfecto cretino. Eso sí, un cretino con mucho dinero y con las mejores influencias del mundo. Toda la obra es una permanente autojustificación. Aunque se empeñe en aparentar que hay un auténtico sistema filosófico detrás de su defensa del pensamiento débil, de la ideología a la carta, de la gilipollez llamada "retroprogresión" (¿qué es lo que hay que escoger del pasado y qué de la actualidad? ¿por qué unas cosas sí y otras no?) y de todo lo que llama constantemente "lucidez" (...); detras de todo eso, digo, en realidad sólo hay una defensa a posteriori de su forma de vida, simple y llanamente burguesa. Un tipo que es capaz de presumir de que, gracias a sus influencias familiares, consiguió que el Ayuntamiento de Barcelona se gastara una millonada del dinero de todos para que el cinturón de ronda no le estropease la panorámica desde su casa no es más que un impresentable. Sólo mejora el tema hacia el final, cuando realmente le pasa algo digno de contarse (aunque tampoco tanto: su hija tiene un accidente de moto y se rompe una pierna, y el señorito monta una tragedia de dimensiones cósmicas por eso) y escribe realmente lo que pasa por su mente. En esas pocas páginas parece que imita al Umbral de "Mortal y rosa", aunque la verdad no le llega ni a la contraportada. Lo peor, dentro de lo muy malo, son los juicios de valor, que generalmente derivan en topicazos burdos.… (más)