Charles Nodier (1780–1844)

Este delicioso cuentecillo fantástico que el francés Charles Nodier (1780-1844) subtitula como "narración escocesa", presenta una notable influencia de autores como Shakespeare, Cervantes, Goethe o Hoffmann, e inspiró el asunto para "La Sílfide", primer ballet romántico, compuesto por Filippo Taglione (1810 - 1874).
Alojada en el mundo de los sueños, la leyenda nos cuenta que Trilby, duendecillo
de Argail, se enamora de Jeannie, la bella barquera, quien le cuenta a Dougal, su marido, que tiene un rival, un demonio que la seduce. Piden a Ronald, el monje centenario de Balba, que les ayude a desembarazarse de Trilby, a quien el fraile exorciza, desterrándolo de la cabaña de Dougal. De este modo, lo conjura para que nunca reaparezca en la cabaña a no ser que Jeannie le llame. Mas si sucumbe y regresa, recibirá un castigo eterno...
Quien tenga gusto por historias como "El Señor de los Anillos", disfrutará con esta narración breve.… (más)

«Este breve volumen de Charles Nodier, titulado por la editorial Trama como "El amante de los libros", se compone de tres piezas: unos fragmentos de "El arsenal" de Alejandro Dumas a modo de introducción y que tratan de Charles Nodier y su pasión por los libros; "El bibliómano", un cuento justamente célebre del autor y recogido en numerosas antologías sobre el tema; y "El amigo de los libros", que es un artículo o breve ensayo en el que Nodier traza la tipología general de los enfermos por los libros, y que no ha perdido vigencia en absoluto.

»Charles Nodier, con su relato de 1831 "El bibliómano" inició el curioso género literario sobre la bibliofilia y sus manías que posteriormente cultivaron numerosos escritores europeos durante el siglo XIX. Trata la vida obsesionada por la adquisición de libros de Theodore, aquejado de una monomanía, el tifus del bibliómano, que finalmente le llevará a la tumba. Entre irónico y trágico, este relato lleva hasta la exageración la perturbación libresca.

»"Del bibliófilo al bibliómano no hay más que una crisis (…) El bibliófilo sabe elegir los libros; el bibliómano los amontona. El bibliófilo añade un libro a otro tras someterlo a todas las indagaciones de los sentidos y la inteligencia; el bibliómano apila los libros sin mirarlos siquiera. El bibliófilo aprecia el libro; el bibliómano lo pesa o lo mide. El bibliófilo procede con lupa; el bibliómano, con vara. Sé de unos cuantos que miden la expansión de su biblioteca en metros cuadrados."

»El artículo "El amigo de los libros" trata en profundidad y con humor la diferente gradación en al amor y la locura por los libros de estos personajes excéntricos y eruditos tan propios de la época del Romanticismo, siempre interesantes y muy humanos, que suelen empatizar con el lector a pesar de sus desvaríos inofensivos.

»"El amante de los libros" es un libro curioso y encantador que hará disfrutar a los bibliófilos de cualquier especie. La edición de Trama es estupenda. Recomendable.»

Fuente: https://librosdecibola.wordpress.com/2017/07/08/resena-charles-nodier-el-amante-...… (más)