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Se considera por muchos como el mejor comentario bíblico devocional. Esta edición castellana ha sido puesta al día mediante consulta con grandes comentaristas. Presentación integra en 1 solo volumen de 2,000 páginas. La obra que ponemos en manos del lector de habla hispana es única en su género. A pesar de que el original fue escrito hace casi tres siglos, este comentario exegético-devocional, redactado en su mayor parte por Matthew Henry a principios del siglo XVIII, no ha sido todavía sobrepasado por ningún otro, según la opinión unánime de los expertos. Para no citar sino algunos pocos de los juicios críticos, mencionaremos las frases laudatorias de hombres tan relevantes y bien conocidos en nuestros medios como F. F. Bruce, Alan Redpath, Wilbur M. Smith y del archifamoso C. H. Spurgeon. De este comentario dice F. F. Bruce: «Es uno de los más grandes clásicos de la literatura teológica inglesa... Con su seguro instinto espiritual del sentido de la Escritura, presenta la esencia sana y perpetua de la Biblia en un estilo de extraordinario vigor.» Por su parte Alan Redpath afirma: «La exposición sana, sensata y fundamentalista, versículo por versículo, las perlas de sustanciosos pensamientos que hallan estupenda expresión, y los múltiples y sugerentes comentarios, se combinan todos ellos para hacer de esta obra una clase aparte en sí misma.» Wilbur Smith compendia su elogio en una breve frase: «Es el comentario devocional más grande que jamás se haya escrito.» Finalmente C. H. Spurgeon dice de él: «Es instructivo para todos... brillante en metáforas, rico en analogías, sobreabundante en ilustraciones. Todo ministro de Dios debería leer el MATTHEW HENRY por entero y con plena atención al menos una vez.» Véase lo que dice sobre el arco iris al comentar Génesis 9:12-17: «El arco iris aparece cuando las nubes están más cargadas de lluvia, y se retira después de la lluvia. Así Dios aparta nuestros temores cuando más razón tenemos para temer que prevalezca la tormenta. Cuanto más densa es la nube, más nítido se destaca en ella el arco iris. De igual modo cuanto mayor es la amenaza de nuevas aflicciones, tanto mayor es el estímulo de abundantes consolaciones (2 Co. 1:5). El arco iris aparece cuando ya está clara una parte del firmamento, lo cual insinúa el recuerdo de la misericordia en medio de la ira, y parece como si las nubes estuviesen cercadas por el arco para que no se extiendan por el cielo, pues el arco es la lluvia en color o como la orla ricamente festoneada de una nube. Un arco inspira terror, pero el arco iris es un arco que no tiene cuerda ni flecha, y un arco desnudo poco puede hacer. Es un arco pero está apuntando al cielo, no a la tierra; porque las señales del pacto no están destinadas a atemorizar, sino a consolar.» Éstos son sólo unos pocos ejemplos de la riqueza de pensamientos y de la exuberancia de imágenes que brillan en esta obra incomparable. La presente edición castellana va aún más allá. Da un paso más para mejorar esta magna obra y darle remate. No nos hemos limitado a traducir lo que Matthew Henry escribió, sino que, de la mano de los mejores comentarios, tanto evangélicos como rabínicos, hemos puesto al día la exposición, llenando algunas (pocas) lagunas, tanto en el plano exegético como en el devocional, de las que la obra original de Matthew Henry, imperfecta como toda obra humana, adolece. … (más)
Matthew Henry was born near Wales on October 18, 1662 and was primarily home-educated by his father, Rev. Philip Henry, and also at the Thomas Doolittle academy from 1680-1682. Henry first started studying law in 1686, but instead of pursuing a career in law he began to preach in his neighborhood.
After the declaration of liberty of conscience by James II in 1687, he was privately ordained in London, and on June 2, 1687, he began his regular ministry as non-conformist pastor of a Presbyterian congregation at Chester. He remained in this position for 25 years. After declining several times offers from London congregations, he finally accepted a call to Hackney, London, and began his ministry there May 18, 1712, shortly before his death.
Henry's reputation rests upon his renowned commentary, An Exposition of the Old and New Testaments (1708-10, known also as Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible). He lived to complete it only as far as to the end of the Acts, but after his death other like-minded authors prepared the remainder from Henry's manuscripts. This work was long celebrated as the best English commentary for devotional purposes and the expanded edition was initially published in 1896. Instead of critical exposition, Henry focuses on practical suggestion, and his commentaries contains rich stores of truths. There is also a smaller devotional commentary on the Bible from Henry known as Matthew Henry’s Concise Commentary.
AT the time of his death in 1714, Matthew Henry had completed his work through Acts. After which time, 13 other nonconformist ministers (using Henry's notes) finished the work from Romans through Revelation. The first publication was out of London in 1833. ( )
the anonymous author of the article on Matthew Henry in the 11th edition of the Encyclopedia Britannica (surely the last edition of that publication worth consulting) says that his commentary is "of no value as criticism". i wish we could bring the anonymous author back to give us a definition of "criticism"--I think it might afford some amusement or instruction. i bet he couldn't give a definition satisfactory in his own day, let alone in ours.
A commentary on the entire Bible, in 10 volumes. Volume 5 is Matthew to John, wherein each chapter is summed up in its contents: The sacred text is inserted at large in distinct paragraphs, where each paragraph has its proper head, and practical remarks and observations are useful.
Se considera por muchos como el mejor comentario bíblico devocional. Esta edición castellana ha sido puesta al día mediante consulta con grandes comentaristas. Presentación integra en 1 solo volumen de 2,000 páginas. La obra que ponemos en manos del lector de habla hispana es única en su género. A pesar de que el original fue escrito hace casi tres siglos, este comentario exegético-devocional, redactado en su mayor parte por Matthew Henry a principios del siglo XVIII, no ha sido todavía sobrepasado por ningún otro, según la opinión unánime de los expertos. Para no citar sino algunos pocos de los juicios críticos, mencionaremos las frases laudatorias de hombres tan relevantes y bien conocidos en nuestros medios como F. F. Bruce, Alan Redpath, Wilbur M. Smith y del archifamoso C. H. Spurgeon. De este comentario dice F. F. Bruce: «Es uno de los más grandes clásicos de la literatura teológica inglesa... Con su seguro instinto espiritual del sentido de la Escritura, presenta la esencia sana y perpetua de la Biblia en un estilo de extraordinario vigor.» Por su parte Alan Redpath afirma: «La exposición sana, sensata y fundamentalista, versículo por versículo, las perlas de sustanciosos pensamientos que hallan estupenda expresión, y los múltiples y sugerentes comentarios, se combinan todos ellos para hacer de esta obra una clase aparte en sí misma.» Wilbur Smith compendia su elogio en una breve frase: «Es el comentario devocional más grande que jamás se haya escrito.» Finalmente C. H. Spurgeon dice de él: «Es instructivo para todos... brillante en metáforas, rico en analogías, sobreabundante en ilustraciones. Todo ministro de Dios debería leer el MATTHEW HENRY por entero y con plena atención al menos una vez.» Véase lo que dice sobre el arco iris al comentar Génesis 9:12-17: «El arco iris aparece cuando las nubes están más cargadas de lluvia, y se retira después de la lluvia. Así Dios aparta nuestros temores cuando más razón tenemos para temer que prevalezca la tormenta. Cuanto más densa es la nube, más nítido se destaca en ella el arco iris. De igual modo cuanto mayor es la amenaza de nuevas aflicciones, tanto mayor es el estímulo de abundantes consolaciones (2 Co. 1:5). El arco iris aparece cuando ya está clara una parte del firmamento, lo cual insinúa el recuerdo de la misericordia en medio de la ira, y parece como si las nubes estuviesen cercadas por el arco para que no se extiendan por el cielo, pues el arco es la lluvia en color o como la orla ricamente festoneada de una nube. Un arco inspira terror, pero el arco iris es un arco que no tiene cuerda ni flecha, y un arco desnudo poco puede hacer. Es un arco pero está apuntando al cielo, no a la tierra; porque las señales del pacto no están destinadas a atemorizar, sino a consolar.» Éstos son sólo unos pocos ejemplos de la riqueza de pensamientos y de la exuberancia de imágenes que brillan en esta obra incomparable. La presente edición castellana va aún más allá. Da un paso más para mejorar esta magna obra y darle remate. No nos hemos limitado a traducir lo que Matthew Henry escribió, sino que, de la mano de los mejores comentarios, tanto evangélicos como rabínicos, hemos puesto al día la exposición, llenando algunas (pocas) lagunas, tanto en el plano exegético como en el devocional, de las que la obra original de Matthew Henry, imperfecta como toda obra humana, adolece.