Venecia se prepara para la avalancha de "acqua alta", las aguas crecientes de la lluvia torrencial. Pero Brunetti tiene sus propios problemas, comenzando con la brutal palea a un viejo amigo. Cuando se descubre el cuerpo de un hombre, Brunetti debe atravesar el caos para resolver uno de sus casos más mortales.

Como descripción y análisis de la vida en Venecia y, por extensión, en Italia, es muy buena novela. Sin embargo, el argumento nos puede parecer flojo, pero así es Guido Brunetti, un policía de una ciudad sin grandes problemas delictivos y que no es ni pretende ser un superhéroe. Y como siempre, Donna Leon consigue una novela entretenida. Ésta hace la número cinco de la serie.

Argumento. La arqueóloga norteamericana Brett Lynch, vieja conocida del comisario Guido Brunetti de la policía de Venecia, sufre una agresión en su casa: dos matones le advierten que no se reúna con el doctor Semenzato, director del museo del Palacio Ducal, uno de los más relevantes de la ciudad. La amante de Brett, la soprano y diva Flavia Petrelli, la salva in extremis cuchillo en mano. Días después, Semenzato aparece muerto en su despacho con la cabeza aplastada por una bella pieza procedente de un yacimiento arqueológico. El melancólico, culto y pragmático comisario creado por Donna Leon se enfrenta a una trama mafiosa que extiende su red de contrabando en el tráfico internacional de arte. Al retirarse el acqua alta, la marea que periódicamente inunda las calles de Venecia, arrastra consigo una suciedad que deja tras de sí un poso de inmundicia y tristeza. La mirada de Brunetti es la de quien sabe que debe nadar en medio de esas aguas, que empapan también el alma de su ciudad. ( )

sigue siendo bueno Brunetti, reaparece su amiga la Soprano, sigue la descripcion de Venecia y su familia y los demas personajes. Es muy divertido. Y como trasfondo la corrupcion Italiana mezclada en este caso con la china ( )

El comisario Brunetti se enfrenta aquí a una trama mafiosaque extiende sus redes de contrabando al trafico internacional de arte. Brunetti jamás lleva armas y lee a Herodoto y a Shakespeare. El secreto de su éxito policial, según él, no es la inteligencia de los policías, sino la estupidez de los delincuentes ( )