Bruce Grant aspira a ser un gran director de cine, pero, mientras no lo consigue, se dedica a realizar spots publicitarios y películas eróticas. Con Ruth, su modelo más afamada, sostiene un romance sin compromisos. Hasta que conoce a Diana, la hija de aquélla, una joven con altos principios que estudia cine, ya que un amigo en común la recomienda para que haga prácticas en los estudios de Grant. Al principio, Diana escapaba de Bruce, pues sabía que había sido amante de su madre, pero no pudo evitar enamorarse de él, de su dulzura y virilidad, y, aunque temieron que Ruth se opusiera, se dieron cuenta de que nada podía privarlos de su felicidad. La modelo, de todas formas, sólo estaba interesada en encontrar a un millonario para casarse, así es que no puso ninguna objeción a su relación. Fue así como se casaron y tuvieron hijos.