Quise comprar algo sobre etruscos en Italia, y tuve dos libros en la mano: este y otro. El otro me pareció demasiado sencillo, casi una guía para turistas. Así que opté por este manual. Y, claro, me he tenido que leer un manual universitario. Algo se aprende, no obstante. Parece que los etruscos se forman hacia el siglo X a.C. con el aporte de población procedente de Lidia (es decir, la costa mediterránea de la actual Turquía) y de la Grecia continental, sobre una base de población de procedencia celta, quizá relacionada con ese conjunto de migrantes del norte que convencionalmente se designa como "pueblos del mar". Durante los dos siglos siguientes, se forman algo parecido a núcleos urbanos sobre mesetas que parecen tener una cierta uniformidad cultural pero, por descontado, en absoluto política; es la etapa "vilanoviense". Durante el siglo VIII entran en contacto con migrantes griegos procedentes del sur de Italia, y así se forma la época clásica de la cultura etrusca, dividida en "época arcaica" y "época orientalizante". Después, poco a poco Roma se va haciendo con el control de las ciudades etruscas, que desaparecen como entidades independientes a lo largo del siglo III, aunque lo etrusco permaneció (y permanece) como referente cultural característicamente italiano.

Todo esto se cuenta, más o menos, en la primera parte del libro. El resto se dedica a lo que nosotros llamaríamos "historia cultural",en especial la historia del arte etrusco. Si la primera parte no siempre es todo lo clara que debería, esta segunda a veces es simplemente tediosa. Abundan las meras descripciones y escasean las interpretaciones de conjunto. Ni siquiera los dos últimos capítulos, dedicados a la religión y la lengua, mejoran el panorama. Me queda, pues, la impresión de que la historia antigua italiana es, fundamentalmente, historia del arte y poco más. Apenas hay alusiones a cuestiones sociales o económicas, aunque sí se dice que el paso de la protohistoria a la historia, es decir, a la etapa vilanoviense, se caracteriza por la aparición de edificios más o menos comunitarios y la aparición de una casta dirigente presumiblemente guerrera. Pero nada más. Nada sobre la asimilación romana, por ejemplo, y menos sobre la mezcla con los griegos del sur. Los etruscos son los que han manufacturado esos restos arqueológicos que son previos a lo romano, y no parece haber mucho más que añadir. En fin, un tanto decepcionante y aburrido, la verdad. ( )