Los patriarcas descriptos en la Biblia no han existido. José no tiene ningún registro en los archivos egipcios. El éxodo desde Egipto a la tierra prometida no tienen prueba histórica ni arqueológica alguna y es imposible que se haya realizado. La conquista de Canaán por los hebreos tal como está contada en Biblia no existió. Todo esto ya lo reconocen desde hace algun tiempo biblistas judíos y cristianos (ver como ejemplo Damien Noel, publicado desde 2002 en la editorial católica Verbo Divino), así que en este aspecto este libro no viene más que a confirmar y dar más prueba de aquello.
Pero el libro va más allá. Pone en seria duda la existencia misma de David y de Salomón o, en todo caso dice que está demostrada la existencia de un rey David pero que está lejos de ser el rey legendario descripto en la Biblia. También demuestra que el reino unificado de David -Salomón no fue tal y que casi gran parte de la Biblia judía no fue escrita durante este reinado sino durante el del rey Josías de Judá, después de la caída del reino de Israel en manos de los asiririos y poco antes de la caída de Judá en manos de los babilonios.
Este libro tira por la borda creencias milenarias. De ser cierto lo que dice, quedarían sin fundamento histórico todo el judaísmo y el cristianismo. Ya se sabe: sin sustento historico, es decir, si no cierto de que existieron Abraham, Jacob o Moisés , de que el éxodo exisitó o de que Cristo fue descendiente de David, puede quedar cualquier cosa, menos el judaísmo o el cristianismo tal como los conocemos. ( )