Pulse en una miniatura para ir a Google Books.
Cargando... Mexico 2010 - Viaje por la Historia de Mexico (Mexico 2010) (edición 2010)por Luis Gonzalez y Gonzalez
Información de la obraMexico 2010 - Viaje por la Historia de Mexico (Mexico 2010) por Luis González y González
Ninguno Cargando...
Inscríbete en LibraryThing para averiguar si este libro te gustará. Actualmente no hay Conversaciones sobre este libro. sin reseñas | añadir una reseña
No se han encontrado descripciones de biblioteca. |
Debates activosNingunoCubiertas populares
Google Books — Cargando... GénerosSistema Decimal Melvil (DDC)972History and Geography North America Mexico, Central America, West Indies, BermudaClasificación de la Biblioteca del CongresoValoraciónPromedio:
¿Eres tú?Conviértete en un Autor de LibraryThing. |
La confusión deriva de que la postpolítica define la política como “el arte de lo posible” y según Zizek es “el arte de lo imposible”, justamente lo opuesto. Solo cuando se pretende transformar radicalmente algo que se considera inamovible – asegura – estaríamos haciendo política.
Por eso, desde su punto de vista , y sea quien sea la víctima, cualquier proteccionismo que no modifique las relaciones de poder sirve únicamente para mantener el status quo. Con esa estrategia, cada grupo continuará en el lugar de siempre mientras las supuestas medidas protectoras servirían para que, escudándose en atender sus justas reivindicaciones, nada cambie sustancialmente. Esta sería la astuta manera de superar la divisiones ideológicas haciendo creer a la opinión pública que llueve a gusto de todos, cuando lo que ocurre en realidad es que se están imponiendo, una vez más, los criterios del poder aunque disfrazándolos de objetividad científica. Según dice, los economistas y politólogos justifican así todos los desmanes económicos y consiguen convencer a la mayoría, aunque sea a regañadientes, de que están en posesión de la “única verdad”. Como ejemplo de este razonamiento, aporta el término “radical centre” (centro radical), término acuñado por Tony Blair para definir al partido laborista de la época. Lo que supone una incongruencia, ya que el centro es, precisamente, un concepto moderado, equidistante de radicalismos, cuya función es evitarlos posicionándose entre los extremismos de izquierda y derecha. Parece una forma muy burda de engañar a la opinión pública y, sin embargo, se consigue.
Siguiendo esa misma lógica, las posturas que tienen como objetivo la perpetuación del poder, la profundización de la brecha de las diferencias salariales y cualquier otro proyecto que sirva a los intereses de la gran economía se presentarían disfrazadas de eficacia.
Por otra parte, en el marco de la presente sociedad global, Zizek expone la controvertida afirmación de que el tolerante multiculturalismo actual no es más que una soterrada, astuta y diplomática forma de racismo. Afirma, además, que el reconocimiento de las diferencias culturales no hace sino esconder la verdadera y completa uniformidad que se ha extendido por el planeta y, de paso, desplazar la atención de la economía a la cultura. Y que sirve también como pretexto para tolerar conductas abusivas que se producen, – muchas veces desde el convencimiento más sincero – apelando a la tradición.
Después de abordar asuntos de lo más diverso con argumentos, como mínimo, cuestionables, por ejemplo, su resuelta defensa de la clonación humana, realiza un (para mí) curioso análisis del tamagochi como función social y termina proclamando que la sociedad actual no ha dejado de ser represora aunque lo disimula valiéndose de argumentos científicos – como la locura – para condenar determinados actos. Algo parecido, sostiene, a lo que se acostumbraba en las sociedades soviéticas tachando de locos a los disidentes. Él aboga por el control de toda la sociedad mediante la colectivización de las decisiones económicas y por dejar de creer en la omnisciencia, inmutabilidad e inevitabilidad de las leyes del mercado.
Merece la pena revisar de vez en cuando nuestras certezas más arraigadas, lo que todo el mundo da por supuesto, Zizek es uno de esos autores que, aparte de la variedad de aspectos que analiza en sus obras y del rigor de algunos de sus análisis – por muy arbitrario que nos parezca a veces – posee la virtud de, cada vez que quiere, poner todo patas arriba.